Una casa y cinco jóvenes

Chapter 20
Cuatro, más siete en uno


Arte respondió al comentario de Elena con una libidinosa risa, ahí, entre las piernas de Samantha. A ella le encantaba estar siendo empalada por el culo, ver lo que veía a su alrededor, sentir cómo su clítoris era succionado con tanta intensidad y probar el sabor de cualquier coño o culo que estuviera al alcance de su boca. Pero que de un momento a otro aparecieran seis cuerpos idénticos al original, garantizaba que el momento se convirtiera en la mejor orgía en la cual ella había participado hasta el momento.

Para Arte, su culito abierto ya se sentía muy rico y en el cielo al ser penetrado por un pene que casi iba a reventar de lo inflamada que estaba. Más, cuando sintió que entre su cara y el coño de Samantha se hizo presente una verga idéntica a la que tenía metida en el culo, estuvo alegre de no poder tener una relación tradicional con Rey. Lo que en un principio le había partido el corazón con desilusiones, ahora le era una estupidez, después de todo, como ella no iba a aprovechar las nuevas experiencias que venían incluidas con los poderíos otorgados al chico que amaba. Claro, siempre soñó que cuando fuera mujer todos le tratarían como una. Que ella podría vivir como una mujer. Que saldrían en citas como todas las chicas. Se enamoraría de un chico cortés y de buen corazón. Los dos irían a comer juntos, se verían por unos cuantos meses, se casaría, entregaría en la cama, tendría hijos y viviría una vida plena hasta envejecer. Pero, contemplando el infinito mundo de posibilidades dentro del sexo extremo, de quedar contaminada, manchada y corrompida por el placer adictivo de algo que nunca podría tener en una relación tradicional. ¿Para qué querer conformarse con tan poco teniendo primeramente muchas otras cosas que disfrutar antes de morir?

Mientras recibía hasta el final la enorme verga de Rey, al punto de sentir su propio estómago deformándose, Arte entendía que ya no quería lo que siempre había soñado. No ahora que su mente sabía que tendría la oportunidad de follar sin limitaciones o prejuicios, de ser libre, amar y ser amada con plenitud. La tentación de explorar lo desconocido, ¡ver qué tan lejos se puede llegar en el campo de las fantasías sexuales! No le hacían necesitar una vida normal y tradicional, después de todo, el mundo que conocían había dejado de ser. Llevándose la verga que le pasaba por el frente a la boca, ella chupó gustosa y después con su lengua lamió más de la mitad hasta que esta terminó perdiéndose por el coño de Samantha.

Quienes estaban en la sala de aquella casa bien calientes, empinaban sus colitas lubricadas con tal de ser rellenadas por la respectiva copias de Rey que les tocaba. Ellas sintieron tan rico al ser penetradas simultáneamente que, en cuestión de segundos, sobrepasaron el punto de seguir pensando racionalmente. Arte, rota en gemidos y abriéndose las nalgas, gritó:

—¡Quiero que también me llenes el culo de leche!

Rey, con gemidos y potentes embestidas, se dio cuenta de que no podía darse el lujo de satisfacer las demandas de Arte por mucho que quería. Al menos, no mientras fuera el cuerpo principal. Abriendo las hermosas piernas bien formadas de la chica cuyo coñito virgen recién partido seguía escurriendo semen, él se detuvo para sacar su verga y cederle el lugar a una de sus copias. El intercambio duró tres segundos, cosa que la copia se puso en función de lubricar con sábila entre las nalgas de Arte, para meter su verga con mucha urgencia con tal de que la mencionada no tuviera tiempo de protestar. Ahí, el cuerpo fornido y abarrotado de vigorosidad, se encontró, ante los ojos del original, haciendo que el miembro listo para la batalla diera un latigazo tras otro con el fin de cumplir las demandantes palabras de aquella chica que ansiaba terminar con las entrañas abarrotadas de fluidos seminales.

Los sonidos de aplausos, gritos, gemidos y chasquidos hacían de aquella casa un sitio especial en el que a nadie le daba pena ni miedo entregarse a amar y ser amadas. En cuestión de varios minutos, no solo las entrañas de Arte quedaron invadidas por leche hirviente, sino que las de Samantha, Elena y Juliet también.

Aun así, las copias en cuestión siguieron moviendo sus caderas, haciendo lo que el original había hecho para mantener la erección, solo que una no fue capaz. Con una verga flácida, esa que se estaba cogiendo a Samantha no tuvo más remedio que usar su boca para chupar tetas mientras dejaba su culo expuesto a ser cogido por el original.

“Este cierto morbo de estarme viendo a mí mismo, de saber cómo se siente mi propio culo por dentro, aún no lo he podido remover de mi cabeza después de haberlo probado por primera vez,” se dijo Rey, tragando en seco, acercando su verga al agujero que se le ofrecía. “Esta sensación de excitación, la verga que me palpita tan rápido como late mi corazón. El abdomen que se me contrae y el estómago que se me recoge. Como hombre, ¿qué significa estar cogiéndome a una copia de mí mismo? Aún peor, ese fragmento mío tiene conciencia propia y no haría nada que yo no hiciera. Apuesto que se pregunta algo, ¿qué significa ser cogido por mí mismo? Es algo que aún no he podido responder, pero… algo sí sé, no pienso usar lubricante, al menos no esta vez”.

Elena, Juliet, Samantha y las otras cinco copias plantaron sus ojos en lo que sucedía entre el original y ese que no pudo mantener su verga erecta. Los cuerpos completamente al descubierto aumentaron el ritmo de sus respiraciones por lo excitados que estaban de ver semejante escena, mientras que el original y la copia del original parecían estarse muriendo de los nervios.

Arte, quien se sentía muy sensible y femenina al mismo tiempo que apretaba su culo con tal de no dejar escapar ni una gota de semen, se preguntó por qué tanto silencio. Puesto que Samantha podía sentir que ya no quedaba más leche que pudiera ser chupada, decidió hacer espacio para que la otra trigueña del grupo pudiera ver la escena tan morbosa que se daba lugar. Un ‘Rey’ entregándose completamente e invitando con su culo a que otro ‘Rey’ le penetrara en frente de todos en la casa.

El cuerpo fornido de verga flácida estaba en cuatro, sin las tetas de Samantha para chupar no le quedaba más que cerrar los ojos y morderse los labios mientras que todos le miraban de arriba a abajo.

Con su coño bien caliente y lubricado, Samantha ofreció su culo para que fuera cogido por otra copia y posicionándose en el sitio perfecto, dio a entender que quería que se la cogieran con los mismos movimientos y velocidad que lo haría aquellos dos.

Arte, por otro lado, nunca había estado tan excitada en su vida ni sentido los pezones tan duros como los tenía. Ella fue levantando sus piernas y meneando sus caderas, cosa que con sus manos sostuvo la cabeza de la copia que estaba a punto de ser sometida. Viendo cómo detrás de la misma estaba Rey con la verga en la mano, aun titubeando por lo que iba a hacer, pero sin dejar de acercarse.

Como no había nada que hiciera sentir protegido a la copia a punto de ser penetrada bajo tantas miradas, Arte le dio a chupar de sus tetas y al estirar su mano le agarró la verga que le colgaba con tal de animarla. La ‘copia’, abrió la boca, sacó su lengua y comenzó a lamer las tetas paradas con lo mejor de sus capacidades lingüísticas, en agradecimiento de que le tocaran la verga y le hicieran sentir acompañado.

Las otras cinco copias acariciaban los cuerpos femeninos que tenían a la disposición con sus manos. Elena estaba bien excitada, pero si no fuera porque tenía una verga en el culo y otra en la boca como Juliet, ya le hubiera gritado a Rey con todas sus fuerzas que se dejara de rodeos.

—Congele, quiero que le cojas bien fuerte hasta que te canses —dijo Arte con voz delirante a Rey—. Y quiero que tú te dejes coger, así, mientras me chupas los pezones como si me los fueras a arrancar. Que dejes hacerte lo que nos dé la gana que te hagan. Que Arte fuera quien dijera semejantes palabras, hizo que tanto Juliet como Elena, quienes en el momento estaban siendo tomadas bruscamente de los cabellos y forzadas a tragar verga hasta sus gargantas, aumentaran la velocidad con la cual meneaba sus caderas.

Las palabras tremendamente excitadas que Arte le dijo a quien le chupaba las tetas, hicieron que semejante individuo se decidiera a abrirse las nalgas usando ambas manos, ante el original. La copia se dejó sentir vulnerable, dispuesta a soportar placer o dolor viniera en las cantidades que viniera. Con lágrimas en la cara, él soportaría ser penetrado, sentirse utilizado y castigado si era necesario para satisfacer las perversiones de quienes estaban a su al redero.

Samantha, estando en primera plana, puesto que debía chuparle el clítoris a Arte y no lo hacía, movió las caderas con tal de encontrar la verga que le iba a penetrar y aún no lo hacía. En respuesta a este momento de excitación desesperada, la copia a cargo de la trigueña le dio una bofetada en la cara que le dejó el cachete rojo y ardiendo, como castigo a no seguir lo que sugería con su cuerpo. Entrando en razón, aún más excitada que nunca, ella volvió a alejarse con tal de poder arquear su espalda hacia abajo y empinarse como misma estaba haciendo la otra copia.

Regresando al presente, Rey miraba un culo que para nada era suave, delicado ni lucía la hermosa forma de corazón que era tan característica de las féminas allí presentes, incluyendo el de Arte. El color del anillo de carne que veía era opaco e insípido y no rosado delicioso, además, por no estar lubricado se hacía ver con pliegues secos al contrario de los culitos dilatados que tenía alrededor. Pero la apariencia no era lo que importaba, sino la sensación que iba a proporcionar. Con esto en mente, Rey finalmente posó la punta de su verga contra la carne.

—¡¡Aaaah!! ¡Quiero que la metas toda de un golpe! —suplicó Samantha quien recibió otra bofetada.

Considerando las palabras de la trigueña, Rey miró a todos las presentes y ninguna pareció oponerse a las demandas. Con esto en mente, usando la mano que le restaba, él sostuvo las caderas de su copia con fuerza y brusquedad para jalar dicho cuerpo contra el suyo mientras él avanzaba. Metiendo su verga con lentitud de una, Rey no hizo esperar a las chicas y hasta que no embistió sus caderas contras las nalgas empinadas y aquel culo no llegó hasta la base de su miembro en no se detuvo.

Elena, Juliet y Arte se pudieron imaginar la dolorosa, pero dulce penetración que había recibido la copia, pero Samantha lo sintió todo en carne propia. Desde el agarre en la cintura hasta la fricción que todo su esfínter anal sin lubricar había tenido al ser raspado cruelmente por una verga de semejante tamaño hasta el final. Sintiendo cómo su culo se había extendido y abierto de forma desgarradora, ante el dolor ardiente provocado por la característica punzada de ser clavada analmente sin delicadeza, la trigueña gritó con todas su fuerza a todo pulmón un continuo; —¡Aaahhh! —hasta quedarse sin aire.

La sensación de ardorosamente insoportable de estar siendo rompido por dentro producto a la intrusiva presencia de una verga de tamaño devastador, combinada a un violento empujón, fue soportada por la copia que ni siquiera chisto. Sin embargo, Sam siguió gritando como si la estuvieran matando, tan fuerte como podía y, contrario a la copia, ella movió sus caderas con tal de avivar el doloroso fuego que le invadía su recto. La copia detrás de ella comenzó a darle violentas nalgadas como castigo, no obstante, la trigueña sonreía masoquistamente por todo lo que disfrutaba.

“Esto… no tienes escusas de mi parte,” se dijo Rey mientras movía sus caderas con la intención de llegar aún más adentro de su copia. “En un pasado, si le preguntara a alguien: ¿Es gay masturbarse, tocar tus genitales con tus propias manos? La respuesta sería, generalmente, no. Pero ¿por qué no? ‘No’, en sí, no es una respuesta muy argumentativa que digamos. No es necesariamente gay porque te estás dando placer a ti mismo, esa es una mejor respuesta. Ahora, sí, independientemente de ser hombre o mujer, pudieras llegar a lamer tus genitales, ¿es eso, en alguna manera, ‘gay’? Si usamos la respuesta anterior, así como mismo lo son tus manos, la boca y la lengua son partes de tu cuerpo y no, después de todo te estás autogenerando placer. Seguimos, si algo que es una extensión de tu cuerpo adopta la forma de una copia exacta de ti y lo usas para masturbarte, ¿es eso ‘gay’? Utilizando el principio anterior, no, por las mismas razones. Ahora, si no se tratara de a quien le estuviera haciendo la pregunta, y dijera que es otra persona. Por ejemplo; un hombre que crea una copia de sí mismo para cogerla como lo estoy haciendo yo… ¿Es eso gay? ¿Cuál sería la respuesta? Dado que no es la persona a la que estamos preguntando, y es alguien más, yo, entonces sí. «Me perdonas, pero es tremendamente gay», o, algo como eso diría… ¡Ahhh! ¿Es esto cargo de conciencia o arrepentimiento?...”.

—¿Te duele? —le preguntó Arte a la copia que tenía tumbada sobre el pecho.

—Es… soportable… —respondió el aludido.

—Entonces, sigue aguantando —dijo Arte con ojos que le brillaban—. Mueve tus caderas en agradecimiento a quien te está cogiendo, haz como yo y no te detengas.

La copia se movió hacia delante, cosa que casi se saca la verga que tenía ensartada en el culo, para después retroceder y volvérsela a meter hasta chocar sus nalgas contra las caderas de quien tenía detrás.

Samantha estaba obligada a hacer lo mismo, a moverse, meterse y sacarse la verga que le empalaba violentamente.

“… todo, porque lo estoy disfrutando. Sentir el calor de mi propio cuerpo, la textura del interior de mis entrañas, la necesidad de seguir enterrando mi verga hasta el fondo de este culo apretado con la fuerza suficiente que incluso parece estar mordiendo mi miembro con su esfínter. Ya no puedo moverme…”

—¡¡¡Aaaah!!! ¡Convertirme en un vertedero de semen! — dijo Arte, quien hablaba exaltada, fuera de sí, sin poder aguantar más, arrojando sus caderas contra quien se la estaba follando—.

¡Todos estos coños y culos ya han disfrutado mucho, pero el mío nunca ha sido usado como es debido!

Rey apretó los dientes, aunque no pretendía moverse mucho, su otro yo estaba siguiendo las instrucciones de Arte. Aguantando las caderas del cuerpo que tenía al frente, el joven comenzó a jadear de la misma manera que lo hacía la copia que se follaba a Arte, puesto que ambos estaban viniéndose.

Arte y la copia sintieron la invasión de semen hirviendo, llenando sus entrañas por latigazos que duraron aproximadamente tres minutos. Ambos se sintieron inundados, inseminados, inyectados por semillas generadoras de vida. Mientras las vergas erectas perdieron lentamente la dureza y salieron solas, Arte, con su mano derecha se masturbó hasta hacerte venir cuando la verga, aún flácida de la copia, también convulsionó en su mano izquierda.

Samantha, Juliet y Elena, no se perdieron ni un segundo de la escena. Ellas también estaban siendo cogidas a tal punto en el que sus traseros habían perdido la fuerza para cerrarse y aguantar el relleno que se les estaba implantando. En pocos minutos, cuando las siete vergas del lugar ya habían escurrido por segunda vez sus fluidos seminales al interior de los agujeros que estaban ocupando, las copias sin fuerza en las piernas cayeron de espalda y se convirtieron en ráfagas de viento dejando al original.

“No fue suficiente…” se dijo Rey, tratando de recuperar el aliento, viendo cómo las otras tres féminas se liberaron de las cadenas que les había mantenido entretenidas por un tiempo.

Las tres chicas, sedientas y excitadas a manos no poder, impacientes, se arrojaron al único trozo de carne que estaba manteniendo su dureza. Juliet, siendo la más cercana al clítoris de Arte, lo devoró de un bocado. Elena y Samantha no tuvieron más opción que pegar sus bocas al culo y el coño chorreaba leche cuál si fueran sanguijuelas tragándose hasta la última gota de semen. Una vez Elena y Juliet se sintieron satisfechas, estas se apartaron para besarse apasionadamente entre ellas y limpiarse la cara la una a la otra. Samantha siguió chupando con fuerza el culo abierto de Arte.

—Se les olvidó decirle a Arte que era lo que más le excitaba a Samantha —agregó Rey mientras se tendió de espaldas sobre el sofá cama.

—Eso creo que ya lo está deduciendo —opinó Elena, inconforme por lo que veía—. Ahora que Arte está dispuesta a entregarte el culo y todo su cuerpo, espero que se te vuelva a parar para continuar con otra ronda.

“No tenía que haber dicho nada”, pensó Rey, “Hubiera sido mejor salvar mi aliento, ante estas tres lujuriosas compulsivas e insatisfechas, lo necesitaré”.

—Completamente, ¿acaso no te excita ver cómo ese otro culo tuyo está siendo chupado por Samantha? No dejes pasar la oportunidad de jugar con nosotras cuantas veces quieras … —dijo Juliet, mientras que en conjunto con Elena comenzó a lamer la verga flácida de Rey.

Apenas Sam terminó su tarea de limpieza, Arte se volteó en el sofá y puso a cuatro patas como si estuviera invitando a Rey a que le abusara nuevamente.

“Dije tres… no, ahora son cuatro,” se volvió a decir el joven.

—Ah… ¿Parece que aún no le hemos dicho a Arte lo que consiste la siguiente ronda? —preguntó Elena divertida por la situación, mientras tocaba la verga que colgaba sin vida con uno de sus dedos.

En todas las ocasiones que ellos habían tenido sexo, los coños y los traseros de las chicas quedaban tan dilatados que para Rey volver a venirse ellas tenían que recibir doble penetración. Arte no era la excepción, tenía el coño como una flor de pétalos hinchados y el culo bien abierto.

—Vamos directo a la siguiente ronda… las explicaciones no son necesarias… ¿Dónde está mi arnés? —dijo Juliet mientras veía a Samantha y Elena ajustándose los suyos.

“Mi último recurso aprendido para este tipo de situación, control de sangre”, se dijo Rey haciendo que su verga lubricada de semen y fluidos bucales se ensanchara e inflara.

A Arte no le dio tiempo de cambiar su posición o de siquiera indagar sobre los comentarios que había escuchado y le provocaron curiosidad. De buenas a primeras, Elena se deslizó por debajo de la chica en cuatro y de una sola, clavó la punta de su dildo en el coño de esta. Al mismo tiempo, Rey se levantó de la esquina del sofá, cuál si sonara la campana de la siguiente pelea, para volver a meter su verga al interior del recto de Arte.

La doble penetración la tomó por sorpresa y en ese momento sí que sintió los deseos de gritar tan fuerte como sus pulmones le permitieron, pero la verga plástica de Juliet se le coló en su boca hasta el final. Sintiendo cómo las dos vergas le hacían un desastre en el interior cuando chocaban con la pared vaginal que tenían en común.

Incapaz de poder hablar, sintiendo cómo sus nalgas eran agarradas bien fuertes por Elena, mientras que Juliet le agarraba los pelos y Samantha le pellizcaba los pezones, Arte sintió que iba a enloquecer de placer. Una sensación que tan solo puede sentir quien es mujer, que una verga estuviera enterrada hasta el fondo de su ano, y que la otra le invadiera el coño le hizo venir como una perra.

—¡Aaahhh! ¡Qué bien! ¡Wooooo… cuanto esperé por este momento! —grito Elena asegurándose de destrozar el coño de Arte, quien estaba a punto de caer desmayada por la falta de aire.

—¿Sam qué va a hacer mientras tanto? —preguntó Juliet, quien por un poco de consideración retiró sus caderas para que Arte pudiera respirar.

—No te preocupes por mí… estaba planeando en repartirme el culo de Rey y Elena. Pero si quieres puedo hacerte el favor de empezar por el tuyo —propuso la trigueña de cabellos largos, a lo cual Juliet asintió.

Ante la retirada de Samantha, Rey aprovechó para dejarse caer sobre el cuerpo de Arte con tal de abrazarla y pegar su nariz en la oreja de la misma.

Arte quería decir que le agradaba el comportamiento y el ambiente tan familiar que le rodeaban. Pero las lágrimas, el vómito, su orina y el semen que le quedaba en el recto no paraban de salir de su cuerpo al borde del colapso. En lo que era un orgasmo eterno, la sensación de placer, misma de la que no hacía mucho se había repuesto, regresaba a invadirle.

Rey levantó su mano tan alto como pudo y en aquella casa resonó la nalgada que recibió el trasero de Arte. El dolor que provocó la nalgada de Rey impidió que la penetrada perdiera el conocimiento.

Elena podía sentir cómo la saliva de Arte le bañaban el pecho, al mismo tiempo que chupaba el coño de Juliet y el de Samantha con su lengua afuera.

A la pelirroja le encantaba la forma en que Arte dejaba ir sus ojos en blanco ya cuando estaba a punto de ahogarse. Nuevamente, ella dejó salir su verga de dentro de la garganta de la chica de cabellos cortos para darle la señal a Rey de que era tiempo para él de dar otra violenta nalgada.

Tras el sólido sonido provocado por el golpe de una mano abierta sobre la carne blanda del trasero grande y redondo de Arte, esta intentó gritar, pero tan pronto abrió su boca fue empalada con el inmenso dildo.

Tanto la mano derecha como la izquierda de Rey quedaron bien marcadas en las nalgas de Arte. Pero la tortura estaba iniciando, y ella lo pudo predecir, cosa que cuando Rey volvió a levantar una de sus manos, la chica indefensa intentó cubrirse para evitar el golpe.

—Ohhh, pero sí mira. Alguien se está portando mal, —dijo Sam, detrás de Juliet al ver la reacción de Arte.

Con rapidez, Rey tomó la mano de la chica de cabellos cortos para amarrarla con una esposa y moverla de lugar para darle la nalgada que le tocaba. ¡¡¡¡Paahhhhhhh!!!! Se volvió a escuchar, y el dolor le mantuvo consciente, pero Arte no podía gritar, ya que sus cuerdas vocales estaban siendo presionadas por la superficie plástica de un consolador grueso y grande.

El momento llegó y Rey levantó su mano izquierda. Arte sabía que si se cubría conllevaría a que su única mano libre quedara prisionera.

 ¡¡¡¡Paahhhhhhh!!!! Se volvió a escuchar.

¡¡¡¡Paahhhhhhh!!!! Otra vez sobre la nalga izquierda.

¡¡¡¡Paahhhhhhh!!!! Arte no pudo seguir aguantando y en llantos inconsolables se intentó cubrir.

—Así es… —dijo Rey tras agarrar la mano izquierda de la chica y aprisionarla con otra esposa.

Sin manos con las cuales sujetar el peso de su cuerpo, Arte estaba indefensa y vulnerable ante Juliet que se cogía su boca sin misericordia.

Valiéndose del nuevo agarre que tenía, tirando de las dos manos esposadas de Arte, Rey penetraba el culo de la nueva chica cada vez con más violencia e incluso lo hacía lateralmente, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, con la intención de ensancharlo lo más que pudiera.

Arte no entendía cómo aún seguía consciente y no paraba de venirse. El dolor y el placer se combinaban en el cerebro, el cansancio y la ambición también parecían competir. Atada de manos, sintiendo un interminable orgasmo, sin poder respirar y casi al borde de la muerte, Arte no sabía cómo actuar. No era que pudiera hacer más que quedarse a la merced de aquellos cuatro depravados que habían pasado los siete días que él se quedó afuera, perfeccionado las artes diabólicas del placer.

—Me sorprende. Parece mentira todo lo que esta puta puede aguantar —comentó Sam desde detrás de Juliet—. Deja que le metamos la mano en el culo.

Los presentes estuvieron de acuerdo con el comentario, mientras que Arte no paraba de abrir los ojos.

—Parece que no puedes decir nada… ¡¿Qué te pasa putita?! —le preguntó Elena con sarcasmo a Arte, quien aún estaba atragantada con la verga de Juliet.

—Te garantizo que cuando pueda hablar no va a parar de pedir verga, —comentó Juliet con una sonrisa libidinosa.

—Mmmmm, tal vez es momento de adelantar a la siguiente ronda… —opinó Samantha—. Al menos la mitad de una bola para poder mantenernos conscientes, a Arte le podemos dar un cuarto.

—No es mala idea —dijo Rey con una sonrisa en su rostro, sintiendo la liberación de sus responsabilidades y con bastante disposición hizo aparecer un paquete ante las manos deseosas.

La rubia, estando debajo de Arte le dio una mordida a una de las bolas que pudo conseguir y cedió la otra mitad a Samantha. Juliet hizo lo mismo, solo que partió a la mitad restante para meterla en la boca de Arte apenas le sacó la verga.

—¡Veamos qué tan despierta está la putita con las drogas de Rey! —exclamó Elena bien divertida—. Uffff, ya están empezando a hacer efecto.

Arte sintió como que todo su cuerpo se estaba subiendo a las nubes, el dolor tan inmenso que le mantenía consciente le abandonaba el cuerpo, quedando tan solo una amplificación de todos los placeres que sentía.

“Menos mal que ninguna de ellas tiene el mal hábito de alcanzar el orgasmo de una manera en particular”, se dijo Rey.

Con tan solo los deseos de saciarse, Arte sacó su lengua lo más que pudo a pesar de que aún tenía toda la verga plástica de Juliet hasta el fondo de su garganta. También empino sus caderas y se meneó como toda una puta desenfrenada que solo gemía para mostrar el inmenso placer que sentía.

—Pero miren a esta zorra, tan temprano y quiere recibir más verga de la que ya tiene entre sus manos, ¿qué cosa es esa? —dijo Elena, quien podía ver desde el primer plano, como Arte sacaba su lengua y sentir los meneos de esta.

Con el presionar de un pequeño control remoto, todas las vergas plásticas del lugar comenzaron a vibrar, más como taladros eléctricos que como vibradores.

Sintiendo todo un terremoto por las entrañas de su cuerpo, Arte no supo comprender siquiera lo que sucedía cuando aquella sala se cubrió en leche y fluidos pegajosos que le manoseaban y acariciaban cuál si le estuvieran haciendo un masaje.

—Es momento de que me ayudes a cogerle la boca a esta zorra que osa sacar su lengua a pesar de la cogida que le estoy dando —le dijo la pelirroja a Samantha.

Sam, haciendo caso de las palabras de su amiga, sacó su vibrador del culo de esta y se puso a la par de esta.

Arte se quedó contemplando los dos inmensos dildos. A ella le interesó saber la razón por la cual los colores de esas vergas pláticas que tenía en su cara combinaban con los cabellos de las chicas que le portaba. Pero ¿para qué preguntar por algo tan obvio cuando todo lo que podía hacer era disfrutar?

Como una perrita, Arte usó su lengua para lamer las dos vergas que vibraban e incluso parecían ir creciendo con cada lengüetazo.

—¿¡Crees que eso es chupar?! —reclamó Juliet a la vez que agarró a arte por el cuello y tras levantarla sobre sus rodillas para darle una buena cachetada.

Sam, acompañando el papel de Juliet se decidió a escupirle en la cara a Arte quien aún tenía la boca abierta y su lengua afuera. Rey, al ver que su verga había quedado fuera del agujero que tenía que estar, levantó su mano y le propinó una fuerte nalgada a la chica. Elena con su mano apretó el clítoris sobresaliente de Arte. Pero ella no había sentido dolor en lo absoluto, las bofetadas le brindaron un inmenso placer, tanto que quería desobedecer a aquella que le hablaba tan solo para recibir una segunda ronda de zurras. Aun así, algo le dijo que abrir su boca le resultaría mucho más placentero y en efecto. Juliet, usando su dedo pulgar e índice, agarró la lengua de Arte y escupió sobre esta.

—Los agujeros tienen que ser bien lubricados antes de ser usados, ¿no es así? —El comentario por parte de la pelirroja, le hizo entender a Arte que su boca sería usada como un culo. Con la mente divagante, Arte vio a Juliet cogiendo la verga con una de sus manos y acto seguido, con la otra, le agarró la cabeza para volver a meterla hasta la garganta.

Esta vez Juliet se preocupó por solamente retirar los cabellos de Arte y hasta que esta no empezó a babear no le soltó. Samantha repitió la acción de la pelirroja, para así turnarse la una a la otra.

—Buen trabajo, Juliet, le tienes bien entrenada la boca a esta zorra. Mira cómo se traga toda mi verga. —Elena sacó su verga del coño de Arte para golpear con esta el clítoris de la chica, al mismo tiempo que le pellizcaba y tiraba de los pezones—. Mira, que por más violento que le están follando la boca esta puta ya no da ni arcadas, ni le molesta el casi no poder respirar. Es toda una profesional.

—Así, como bien hacen las putas. Abre bien la boquita linda esa, que llega tu graduación… —dijo Juliet haciéndole señas a Rey.

La situación finalmente se cambiaba, cuál si fuera una muñeca de trapo Arte, sin sacarse el consolador del coño, fue volteada por Juliet hasta que su rostro estuvo en frente de la enorme verga de chico de ojos blancos que recién se la había sacado del culo.

A Rey no le dio tiempo a Arte para que ella le dijera algo, sin contemplaciones él empezó meter su verga en aquella boca hasta chocar sus huevos contra la quijada de la chica. Ya no era como cuando la boca de ella no estaba lo suficientemente abierta, ahora toda su verga pasaba por la campanilla de la garganta y seguía avanzando sin problema. Apenas Rey retiró sus caderas, Arte aprovechó para abrir aún más su boca y sacar bien su lengua al mismo tiempo que respiraba y esperaba recibir aquella verga que de seguro le vendría con fuerza.

De pronto Arte, tan centrada que estaba en Rey, se dio cuenta de que Samantha quedó cogiéndole el culo, montada sobre Elena. Siendo nuevamente invadida por los tres agujeros, ella sintió una cuarta verga que le tocaba y hacía presión en el espacio que tenía entre el culo y el coño.

Sam estaba entrenado su dildo en el culo de Arte, tenía su verga negra debajo del consolador rojo de Juliet, sobre el amarillo de Elena. Al hacer el espacio necesario, ella, con sus manos, se agarró de la cintura de Arte y tirando tan fuerte como sus manos le permitieron, impulsó todo su cuerpo contra el de la chica.

La verga roja que desidia entre colarse por el culo o por el coño de Arte, naturalmente eligió el camino que menor resistencia le proporcionó y literalmente le rompió el culo que ya tenía invadido. Gracias a que estaba bien lubricada por los fluidos bucales de ella, dicho objeto no le lastimó tanto como lo hubiera hecho si efectuara la penetración en seco.

Inclinada sobre Elena, con dos hembras detrás:

—¡Ahhhhhhh! —gritó Arte de placer tan pronto Rey volvió a sacarle la verga de la garganta. Sentir cómo su culo se estaba desgarrando como nunca había sentido le hizo experimentar otro orgasmo ante las descomunales vibraciones de las vergas plásticas.

Samantha, sintiéndose muy excitada por ponerse en el lugar de Arte, quien estaba siendo invadido por cuatro gruesas vergas a la vez, se desenfrenó y con mucha emoción comenzó a mover sus caderas en lo que era una doble penetración anal.

—Oye, que con el peso de ustedes no puedo mover mi verga en este coñito que se siente solo, delicado y tan apetecible de ser roto… —comentó Elena mientras le apoyaba sus manos contras las nalgas de Juliet.

Con una sonrisa en sus labios, la pelirroja se las ingenió para sacar su verga y apuntarla hacia abajo. Una vez bien dirigida, Jul volvió a aferrarse de las caderas de Sam y con todas sus fuerzas penetró el coño.

—Así es, con el coño, el culo y la boca destrozados vas a terminar todos los días zorra. Este es el primer regalo de tantos —dijo Samantha para pasar a morder el cuello de Arte tan fuerte como pudo.

—¡Agggggg! ¡Ahhhhgggg!… —era todo lo que la chica de cabellos negros cortos podía decir al sentir que sus tetas estaban siendo estrujadas por las manos de Juliet quien necesitaba apoyarse. Que su culo estaba siendo roto por quien le mordía el cuello, y que su coño abierto no paraba de venirse ante la sensación ardiente de estar siendo estirado más allá de los límites.

Ella estaba siendo apreciada por todos, era el centro de atención, entre la calidez morbosa y lujuriosa, las drogas que interpretaban el dolor por placer le hacían sentir realizada como mujer.

“Esta es la reserva, lo último que mis huevos podrán exprimir…” pensó Rey, quien con la boca de Arte hizo de las suyas, pues en unos pocos segundos dejó salir la corrida de leche más grande que había tenido hasta el momento. Tanto que las bolas se le encogieron.

 Inseminada directamente de semen al estómago, Arte puso los ojos en blanco y se rindió en fuerzas ante el placer carnal de ser amada por todos en la casa. Cuando sintió que las demás chicas habían alcanzado a venirse, con piernas temblorosas, aún esposada de manos, se tumbó a un lado del sofá, con fuerzas suficiente como para tan solo respirar. Preocupándose por esconder su clítoris extremadamente sensible, ella sintió como alguien le metía algo en culo, era Juliet. En cuestión de segundos, tan pronto pudo recuperar las fuerzas para preguntar ¿qué le habían metido en el culo? Arte vio lo que no existía e invocó al momento una alucinación de todo lo que había sentido en ese día. Rey, por otro lado, sintió deseos de salir corriendo. Con la verga flácida en estado de recuperación, era como un luchador sin espada para defenderse. Aún no era suficiente para las demás chicas de la casa que necesitaban amar y ser amadas hasta quedar como mismo quedó Arte. Era obvio que lo que le esperaba era probar el amargo sabor de ser violado salvajemente, pero no era que le molestara, en definitiva, él entendía que lo que hiciera entre mujeres, entre mujeres se quedaría y, ¿por qué no disfrutar la vida ardiente mientras si mañana se está propenso a abraza a la muerte?

The End